lunes, 4 de abril de 2011

Entrevista con Sthepanie Odle, impulsora de la demanda contra WalMart

La situación de la estadounidense Sthepanie Odle fue muy difícil, desde su inicio laboral en una tienda de la cadena WalMart en Tejas, en 1991, hasta las escalinatas del Tribunal Supremo de Washington. En su trayecto, esta madre soltera de 39 años narra haber sufrido comentarios vergonzantes, situaciones denigrantes y humillaciones machistas, hasta ser despedida en 1999, cuando se le ofreció su puesto de trabajo a un hombre. 
En ese entonces, Sthepanie tenía dos opciones: la vía fácil era resignarse y busar otro trabajo en otros sitios. La difícil, por la que optó finalmente, fue plantarle cara a WalMart. Ella comenzó sola su lucha contra el mayor empleador del país. Pero, tenaz, Stephanie no se dejó amedrentar, buscó a otras demandantes y convirtió la suya en la mayor querella colectiva del país, que representa a 1,5 millones de mujeresdebajo de un pesado techo de cristal. 
"¿Sabes cuántas como tú nos denuncian anualmente?". Esa fue la reacción de uno de sus jefes en 1999, cuando le anunció que iba a llevar a la empresa a los tribunales. Stephanie desempeñaba el cargo de subjefa de marketing de los grandes alamcenes mayoristasSam's Club de Lubbok, en Tejas, propiedad de WalMart. Para poder comprar en este Club se requerría que los clientes tengan sus tarjetas de socio. En 1999, la tiena emitió un nuevo tipo de tarjeta élite, más cara que la tarjeta normal. Stephanie hizo una demostración ante sus empleados sobre cómo ofrecérsela a los clientes y utilizó para ello la tarjeta de uno de los trabajadores, Keith Musick. Pero resulta que por esto, éste se quejó a la gerencia, lo que sirvió de
razón para despedirla. "Violación de la política de la empresa", le dijo su jefe, el gerenteDuke Parrish.
"El problema es que justo ese día me enteré, gracias a una compañera que trabajaba en Arizona, de que el día antes de que yo cometiera esa supuesta violación de la política de la empresa, se había marchado del Sam's Club de Phoenix, en Arizona, un hombre, Wayne Backus, que les había anunciado a sus compañeros de trabajo que le habían ofrecido mi puesto en Tejas", recuerda Stephanie. "Sé que se me despidió por ser mujer, se me despidió porque no toleraba discriminación contra mí ni contra otras mujeres, porque pedí que se me considerara para el puesto de gerente en repetidas ocasiones, porque era una mujer que pidió lo que consideraba que era justo en un mundo controlado por hombres".
El martes pasado, Stephanie acudió a las puertas del Tribunal Supremo de Washington, con su hija Sidney, que ahora tiene 14 años, pero a las dos de la madrugada. "Quería que mi hija pudiera conseguir un asiento en el tribunal para que presenciara aquella audiencia. Porque cuando este caso empezó, Sidney tenía 3 años. En gran parte decidí denunciar a WallMart para cambiar las cosas, para que mi hija ni su generación  tengan que sufrir lo que las mujeres de mi generación hemos sufrido en el puesto de trabajo", explica Stephanie. Los nueve jueces del Supremo -entre los que, por vez primera, hay tres mujeres- deberán decidir antes de junio si la denuncia es viable.
En octubre de 1999, Sthepanie presentó una queja por discriminación de género ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades laborales del Gobierno Federal. Posteriormente, contactó con dos abogados de Nuevo México con experiencia en caso parecidos. Estos le aconsejaron convertir la querella en colectiva. 
Buscaron a otras afectadas y, junto con otras cinco empleadas de la empresa, denunció a WalMart en un juzgado federal de California, en junio de 2001. Ahora Stephanie representa a 1,5 millones de mujeres que trabajan o han trabajado para la compañía, que representa ser un 0,5% de la población estadounidense.
Desde que se inició con el puesto de cajera a tiempo parcial en 1991, ella sufrió numerosos casos de discriminación. En 1994, cuando pidió un discreto aumento de sueldo para dos subordinadas que cobraban menos que sus compañeros varones, su jefe le dijo que "las mujeres ya cobran suficiente".
En 1996, cuando fue transferida a una tienda de Riverside, en California, descubrió que un hombre que ocupaba un puesto idéntico al suyo cobraba 10.000 dólares (7.400 euros) más al año. "Es que él tiene una familia a la que mantener", le dijo su jefe. "Yo voy a tener una niña", respondió ella. El gerente le hizo presentarle un presupuesto de sus gastos personales mensuales y le concedió un aumento anual de 2.000 dólares. "Aún cobraba 8.000 dólares menos que mi compañero. Fue muy humillante", explica.
Despues de ser despedida,  también sufrió presión en otros puestos de trabajo por su denuncia.  Cuando la veían en televisión, sus jefes la trataban con recelo, como si tuvieran enfrente una querella en ciernes. 
Stephanie permaneció estancada en puestos mal pagados, atascada en una callejuela sin salida laboral, hasta que por fin, en 2005, montó su propio negocio de comida preparada en Oklahoma, donde reside. Es su propia jefa y no sufre discriminación, pero aún tiene un sueño: "Que las mujeres sean tratadas con respeto y dignidad en las empresas de Estados Unidos, para que mi hija no pase por lo que yo he pasado".
WalMart
- Es el primer minorista del mundo, con 2,1 millones de empleados y 8.968 tiendas.
- Ventas anuales: 285.000 millones de euros.
- Está presente en 15 países, como en EE UU, Brasil, Canadá, India, Japón, Mexico, Reino Unido y China.
- La familia Whalton controla un 45% de la empresa, que fundada en 1962. En 2009, la empresa ganó 9.800 millones de euros.  
(fuente: ELPAIS.com (David Alandete))

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